Los trabajadores necesitan adaptarse a una nueva era

Los cambios están ocurriendo a pasos agigantados en la sociedad debido a la tecnología, pero el factor detrás de esto siempre será el capital humano. Si no hay una persona bien capacitada detrás de cualquier sistema o máquina, ninguna empresa logrará aumentar su productividad.
Por esta razón, comprender estos cambios tecnológicos y alinearse con ellos es fundamental, destaca Eugênio Ferrarezi, head trainer y fundador del Instituto Ferrarezi, que ofrece cursos de capacitación profesional precisamente para mejorar el desempeño.
Se vuelve esencial contar con apoyo en la introducción de cualquier nueva tecnología, de manera que no aísle a los trabajadores. Los procesos de implementación deben realizarse con cuidado, atención y en conjunto con los profesionales y empresas más reconocidos. Subestimar este apoyo puede representar un alto costo en el futuro.
La tecnología requiere personas capacitadas y enfocadas para ser utilizada. ¿Cuán importante es este factor humano? ¿Cómo garantizar el alineamiento?
Debido al avance de la tecnología, todo cambia a una velocidad impresionante. Las exigencias del mercado generan cambios constantes dentro de las empresas, una transformación tras otra. Hoy en día, la única regla es que todo está en constante evolución.
Apenas se finaliza un proceso de implementación de un sistema de gestión, de calidad en la producción o de un proyecto, surge un nuevo cambio, y luego otro, y otro más. Sin embargo, a lo largo de su existencia, el ser humano no ha estado acostumbrado a cambios tan abruptos, lo que provoca estrés, irritación y un gran cuestionamiento dentro de las empresas: “¿Otra vez vamos a cambiar?”
Este tipo de cuestionamientos dentro de los equipos genera un gran malestar, ya que se instala la sensación de que, por más esfuerzo que se haga, nunca es suficiente, nunca está realmente terminado. Sin embargo, el ser humano necesita un principio, un desarrollo y un final.
Por eso, es necesario que las personas se adapten a esta nueva realidad y comprendan que nada volverá a tener un punto final. Nuestros propios teléfonos móviles son un claro ejemplo de ello: siempre hay una nueva actualización, otra más y otra más.
La tecnología ha acelerado los cambios de tal manera que los empleados y las empresas están constantemente obligados a actualizarse, mejorar sus productos y evolucionar en sus servicios. Esta presión continua impacta directamente en el rendimiento de las personas.
Como resultado, estos cambios constantes desvían el enfoque de lo que realmente es necesario. Incluso la capacitación se ha convertido en un proceso continuo que nunca termina.
Fuente: G1
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